Hace casi dos horas que doy vueltas en la cama, me paro, voy a la cocina, vuelvo, me acuesto, me paro, me tiro en el sillón dónde tantas películas fueron testigos de nuestro amor. Es que todavía sigo esperando que golpees mi puerta y me pidas que salgamos a caminar. Por ahí, dónde nadie nos conozca, como antes. Que te sorprendas y me mires con una sonrisa tímida cuando me atreva a tomar tu mano. Que me frenes en el medio del camino para disparar un beso justo en el medio de mis labios. Que te alegres cuando casi sin darme cuenta empiece a incluirte en mis planes y dejes de ser sólo vos, para empezar a ser vos y yo. Los dos, nosotros. Volvamos, las noches de verano no son lo mismo sin tus caricias. Volvé, vení, quereme. Suspiremos juntos.
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